El resonante éxito de la Jornada Mundial de la Juventud en Colonia se debió a que la Iglesia Católica en Alemania “confió en Dios para la llevar a cabo esta gran empresa”, dijo el Cardenal Joachim Meissner, Arzobispo de Colonia; durante una conferencia de prensa realizada tras la partida del Pontífice.
El Purpurado señaló con humor que desde el principio “había decidido no hacerme mala sangre, ni siquiera por la seguridad, sino disfrutar, porque algo como la Jornada Mundial es una empresa de Dios”.
El Prelado encargado de la Jornada Mundial de la Juventud, Mons. Heiner Koch, subrayó sobre todo la espiritualidad demostrada por la juventud, más allá de los encuentros de masas.