A tres días de la visita del Papa Juan Pablo II al Santuario de Lourdes, las autoridades francesas anunciaron un enorme despliegue de seguridad para resguardar al Santo Padre.
Las medidas incluyen la labor de 2,700 policías y una zona prohibida de vuelo de 20 kilómetros que será defendida por aviones Mirage y misiles.
Los miembros de la seguridad policial estarán distribuidos en un radio de 50 kilómetros, con controles precisos en los alrededores y en los accesos a la ciudad. Asimismo, 300 representantes de las fuerzas del orden vigilarán el aeropuerto de Tarbes, donde Juan Pablo II será recibido por el jefe del Estado francés.