El Papa Benedicto XVI señaló que el deporte es un camino que presupone una auténtica maduración humana en el que pueden vivirse los verdaderos valores y en el que la humildad "es el secreto de la victoria".
Así lo indicó el Santo Padre en su discurso esta mañana en la Sala Clementina del Vaticano a una delegación del Comité Olímpico Nacional Italiano y algunos atletas de ese país, a quienes recordó que "no sólo se les pide competir y obtener resultados".
Toda actividad deportiva, dijo el Santo Padre, "exige lealtad en la competición, el respeto del propio cuerpo, el sentido de solidaridad y de altruismo y luego también la alegría, la satisfacción y la fiesta. Todo esto presupone un camino de auténtica maduración humana, hecho de renuncias, tenaz, de paciencia y sobre todo de humildad, que no es aplaudida, pero que es el secreto de la victoria".