En nombre del Papa Benedicto XVI, el Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Cardenal Angelo Amato, beatificó hoy al mártir Lázaro Pillai, que fue asesinado en 1752 por convertirse del hinduismo al catolicismo.

Los restos del Beato Pillai se veneran en la actual Catedral de la diócesis de Kottar. En vida fue laico, padre de familia y oficial del palacio real.
Antes de viajar a India, el Cardenal Amato calificó el testimonio del nuevo Beato como “una página gloriosa de la Iglesia en la India”.

“Su conversión fue para él el comienzo de una nueva vida, llena de entusiasmo y alegría. Se convirtió en un cristiano, sin tener en cuenta la diferencia de castas, abrazando a todos como hermanos amados”, señaló.

El Cardenal indicó que el martirio de Pillai “no borró su memoria, sino que más bien la entregó a la admiración de todos, cristianos y no cristianos. Su nombre es uno de los más populares entre los cristianos de Tamil Nadu”.

La historia de conversión de Lázaro Pillai, en palabras del Cardenal, “recuerda mucho a los mártires de la Iglesia primitiva. Conquistado por la palabra y la figura de Jesús, su bautismo fue un verdadero renacimiento para él, pero también una prueba dolorosa”.

“De hecho, sólo cuatro años después de recibir el bautismo, fue acusado falsamente, encarcelado y maltratado”.

El Cardenal Amato destacó que para Pillai, “a pesar de todo, la prisión se convirtió en su territorio de misión. Edificaba con su buen ejemplo y con la palabra, narrando la vida de Jesús y la pasión, muerte y resurrección de nuestro Redentor”.

Lázaro Pillai, indicó la autoridad vaticana, “en primer lugar, es un modelo de firmeza en la fe y de perseverancia en el testimonio”.

“En segundo lugar, nuestro Beato, como laico y padre de familia, es también un modelo extraordinario de la participación de los laicos en el ministerio de la evangelización y de la caridad cristiana”, indicó.

El Cardenal Amato también señaló que “el Beato Lázaro Pillai es asimismo modelo de fraternidad humana sin fronteras de cultura, de casta, de distinción alguna, según las palabras del apóstol y mártir san Pablo, él también convertido, que escribió a los Gálatas: ‘Ya no hay judío ni pagano, esclavo ni hombre libre, varón ni mujer, porque todos ustedes no son más que uno en Cristo Jesús’”.