La Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal de Irlanda (CEI), emitió un comunicado donde reitera la posición de la Iglesia a favor de la vida del niño por nacer y de la madre, a raíz de la manipulación de los grupos abortistas del caso de Savita Halappanavar, la mujer que falleció por una infección luego de un aborto espontáneo.

A continuación el comunicado completo de los obispos irlandeses:
“La muerte de la señora Savita Halappanavar y del hijo en su seno en el Hospital Universitario de Galway el pasado 28 de octubre fue una devastadora tragedia personal para su marido y la familia. Ha conmovido a todo el país. Compartimos la angustia y el pesar expresado por muchos por la trágica pérdida de una madre y un bebé en esas circunstancias y expresamos nuestras condolencias a la familia de la señora Halappanavar y a todos los afectados por estos acontecimientos.

A la luz de la discusión generada tras la trágica muerte de la señora Halappanavar y su bebé, deseamos reafirmar algunos aspectos de la enseñanza moral católica, que están recogidos en el reciente mensaje publicado con ocasión del “Día por la Vida” el pasado 7 de octubre y disponible en www.chooselife2012.ie

La Iglesia Católica nunca enseñó que la vida de un niño en el seno materno deba ser preferida a la de la madre. En virtud de su humanidad común, una madre y su bebé tienen el mismo sagrado derecho a la vida.

Cuando una mujer embarazada, gravemente enferma, necesita un tratamiento médico que puede poner la vida de su hijo en riesgo, tales tratamientos son éticamente permisibles siempre que se hagan todos los esfuerzos por salvar la vida de la madre y el bebé.  Considerando que el aborto es la destrucción directa e intencional de un bebé en el seno materno, es gravemente inmoral en todas las circunstancias. Este caso es diferente de los tratamientos médicos que no están directa e intencionalmente encaminados a poner fin a la vida del feto. La ley vigente y las directrices médicas de Irlanda permiten a las enfermeras y los médicos de los hospitales irlandeses aplicar esta distinción vital en la práctica, mientras defiendan la igualdad del derecho a la vida de la madre y el bebé.

Hay quienes afirman que el bebé en el seno materno es menos humano o menos merecedor de la vida. Los avances genéticos y tecnológicos dejan meridianamente claro que en el momento de la concepción (fertilización) comienza a existir un nuevo, único y genéticamente completo ser humano. A partir de ese momento en adelante, cada uno de nosotros no crecemos y nos desarrollamos para convertirnos en un ser humano, crecemos y nos desarrollamos como seres humanos.

Junto con otras tradiciones religiosas y éticas creemos en la defensa del igual e inalienable derecho a la vida de la madre y del hijo en nuestras leyes y en la práctica médica. Esto ayuda a asegurar que las mujeres y sus bebés reciban el más alto nivel de atención médica y protección durante el embarazo.

De hecho, las estadísticas internacionales confirman que Irlanda, sin aborto, sigue siendo uno de los países más seguros del mundo para las embarazadas y las mujeres que dan a luz. Esta situación debe ser conservada y fortalecida en el interés de las madres y los niños no nacidos de Irlanda”.