9 de septiembre de 2007 / 07:58 PM
Al reunirse esta tarde en el Wiener Konzerthaus de Viena con las organizaciones de voluntariado de la Iglesia y de la sociedad civil que trabajan en Austria, el Papa Benedicto XVI subrayó que “el valor y progreso de una sociedad depende constantemente de las personas que hacen más de lo que es estrictamente su obligación”.
Después de una breve introducción musical y las palabras de dos jóvenes voluntarios, del Arzobispo de Salzburg, Mons. Alois Kothgasser, y del Presidente austriaco, Heinz Fischer, el Santo Padre pronunció un discurso en el que señaló que los voluntarios “dejan percibir de modo concreto su amor en la Iglesia y en la sociedad, el amor que como cristianos hemos conocido: ¡es el Amor de Dios, que nos hace reconocer al otro como prójimo, como hermana o hermano!”.
Tras expresar su “cordial gratitud por la notable ‘cultura de voluntariado’ que existe en Austria”, el Pontífice aclaró que “el amor al prójimo no es algo que pueda ser delegado; el Estado y el orden político, propiamente dedicados al alivio de los necesitados y a la provisión de servicios sociales, no puede tomar su lugar”.