7 de septiembre de 2007 / 12:37 PM
El Papa Benedicto XVI defendió tenazmente el derecho a la vida de todas las personas, especialmente de los no nacidos, y subrayó que “el aborto, en consecuencia, no puede ser un derecho humano, es totalmente opuesto. Es una ‘gran herida en la sociedad’”.
En el discurso que ofreció al cuerpo diplomático en el Palacio de Hofburg en Viena, el Papa recordó que “fue en Europa en donde la noción de derechos humanos fue formulada por primera vez” y destacó que “el derecho humano fundamental, el antecedente de cualquier otro derecho, es el derecho a la vida misma. Esto es verdad desde el momento de la concepción hasta la muerte natural”.
Benedicto XVI indicó que esto no expresa “específicamente una preocupación eclesial. En vez de ello, estamos actuando como abogados por una profunda necesidad humana, hablando por los niños no nacidos que no tienen voz. No cierro los ojos a las dificultades y conflictos que muchas mujeres experimentan, y me doy cuenta que la credibilidad de lo que decimos también depende de lo que la Iglesia haga para ayudar para ayudar a las mujeres con problemas”.