La Santa Sede sigue la causa de beatificación del sacerdote valenciano Felipe Císcar Puig, considerado mártir de sigilo sacramental, por ser martirizado durante la persecución religiosa de 1936, por guardar el secreto de confesión.
En declaraciones a Avan, el vicepostulador de la causa, Padre Benjamín Agulló, señaló que el P. Puig, natural de la localidad valenciana de Piles, "es considerado mártir de sigilo sacramental ya que fue fusilado al negarse a revelar la confesión que administró a un religioso franciscano momentos antes de que fuera también asesinado".
Agregó que "el fraile franciscano Andrés Ivars pidió ser confesado cuando se encontraba en la cárcel de Denia a finales de agosto de 1936 al intuir su próximo fusilamiento y en ese momento Císcar fue conducido a la prisión. Tras la confesión, intentaron arrancarle su contenido y ante su negativa a revelarlo, los milicianos le amenazaron con matarle".