Lunes 8 de julio


Evangelio según San Mateo, capítulo 9, versículos del 18 al 26

18 Porque Juan decía a Herodes: "No te es lícito tener a la mujer de tu hermano". 19 Herodías le guardaba rencor, y quería hacerlo morir, y no podía. 20 Porque Herodes tenía respeto por Juan, sabiendo que era un varón justo y santo, y lo amparaba: al oírlo se quedaba muy perplejo y sin embargo lo escuchaba con gusto. 21 Llegó, empero, una ocasión favorable, cuando Herodes, en su cumpleaños, dio un festín a sus grandes, a los oficiales, y a los personajes de Galilea. 22 Entró (en esta ocasión) la hija de Herodías y se congració por sus danzas con Herodes y los convidados. Dijo, entonces, el rey a la muchacha. "Pídeme lo que quieras, yo te lo daré". 23 Y le juró: "Todo lo que me pidas, te lo daré, aunque sea la mitad de mi reino". 24 Ella salió y preguntó a su madre: "¿Qué he de pedir?" Esta dijo: "La cabeza de Juan el Bautista". 25 Y entrando luego a prisa ante el rey, le hizo su petición: "Quiero que al instante me des sobre un plato la cabeza de Juan el Bautista". 26 Se afligió mucho el rey; pero en atención a su juramento y a los convidados, no quiso rechazarla.

Comentario

18. Véase Lev. 18, 16.

26. ¿Qué valía un juramento hecho contra Dios? Fue el respeto humano, raíz de tantos males, lo que determinó a Herodes a condescender con el capricho de una mujer desalmada. No teme a Dios, pero teme el juicio de algunos convidados ebrios como él. Cf. Mat. 14, 9 y nota: "A pesar de que se afligió el rey, en atención a su juramento, y a los convidados, ordenó que se le diese". Herodes no estaba obligado a cumplir un juramento tan contrario a la Ley divina y fruto del respeto humano. S. Agustín, imitando a San Pablo (I Cor. 4, 4 s.), decía: "Pensad de Agustín lo que os plazca; todo lo que deseo, todo lo que quiero y lo que busco, es que mi conciencia no me acuse ante Dios".


Estos comentarios corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE Multimedios