Jueves 8 de agosto
13 Y llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, propuso esta cuestión a sus discípulos: "¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?" 14 Respondieron: "Unos dicen que es Juan el Bautista, otros Elías, otros Jeremías o algún otro de los profetas". 15 Díjoles: "Y según vosotros, ¿quién soy Yo?" 16 Respondióle Simón Pedro y dijo: "Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo". 17 Entonces Jesús le dijo: "Bienaventurado eres, Simón Bar Yoná, porque carne y sangre no te lo reveló, sino mi Padre celestial. 18 Y Yo, te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del abismo no prevalecerán contra ella. 19 A ti te daré las llaves del reino de los cielos: lo que atares sobre la tierra, estará atado en los cielos, lo que desatares sobre la tierra, estará desatado en los cielos". 20 Entonces mandó a sus discípulos que no dijesen a nadie que Él era el Cristo.
Anuncio de la pasión.
21 Desde entonces comenzó Jesús
a declarar a sus discípulos que Él debía ir a Jerusalén
y sufrir mucho de parte de los ancianos, de los sumos sacerdotes y de los
escribas, y ser condenado a muerte y resucitar al tercer día. 22 Mas
Pedro, tomándolo aparte, se puso a reconvenirle, diciendo: "¡Lejos
de Ti, Señor! Esto no te sucederá por cierto". 23 Pero
Él volviéndose, dijo a Pedro: "¡Quítateme
de delante, Satanás! ¡Un tropiezo eres para Mí, porque
no sientes las cosas de Dios, sino las de los hombres!".
Estos comentarios
corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario
de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE
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