Lunes 7 de octubre

Evangelio según San Lucas, capítulo 10, versículos del 25 al 37

El buen samaritano.

25 Se levantó entonces un doctor de la Ley y, para enredarlo le dijo: "Maestro, ¿qué he de hacer para lograr la herencia de la vida eterna?" 26 Respondióle: "En la Ley, ¿qué está escrito? ¿Cómo lees?" 27 Y él replicó diciendo: "Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu fuerza y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo". 28 Díjole (Jesús): "Has respondido justamente. Haz esto y vivirás". 29 Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: "¿Y quién es mi prójimo?" 30 Jesús repuso diciendo: "Un hombre, bajando de Jerusalén a Jericó, vino a dar entre salteadores, los cuales, después de haberlo despojado y cubierto de heridas, se fueron, dejándolo medio muerto. 31 Casualmente, un sacerdote iba bajando por ese camino; lo vio y pasó de largo. 32 Un levita llegó asimismo delante de ese sitio; lo vio y pasó de largo. 33 Pero un samaritano, que iba de viaje, llegó a donde estaba, lo vio y se compadeció de él; 34 y acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; luego poniéndolo sobre su propia cabalgadura, lo condujo a una posada y cuidó de él. 35 Al día siguiente, sacando dos denarios los dio al posadero y le dijo: "Ten cuidado de él, todo lo que gastares de más, yo te lo reembolsaré a mi vuelta". 36 ¿Cuál de estos tres te parece haber sido el prójimo de aquel que cayó en manos de los bandoleros?" 37 Respondió: "El que se apiadó de él". Y Jesús le dijo: "Ve, y haz tú lo mismo".

Comentario

37. El doctor de la ley, orgulloso de su raza, que en el v. 29 parecía dispuesto a no reconocer como prójimos sino a sus compatriotas, se ve obligado a confesar aquí que aquel despreciado samaritano era más prójimo del judío en desgracia que el sacerdote y el levita del pueblo escogido. En ese judío herido se veía representado el doctor, y confesaba humillado que el extranjero a quien él no aceptaba como prójimo le había dado pruebas de serlo al portarse como tal, en contraste con la actitud de los otros dos judíos. Cf. Mat. 22, 34 ss.; Marc. 12, 28 ss. Deut. 6, 5; Lev. 19, 18.


Estos comentarios corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE Multimedios