Martes 7 de mayo
Evangelio según San Juan, capítulo 16, versículos del 5 al 11
5 Y ahora Yo me voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta: ¿Adónde vas? 6 sino que la tristeza ha ocupado vuestros corazones porque os he dicho esto. 7 Sin embargo, os lo digo en verdad: Os conviene que me vaya; porque, si Yo no me voy, el Intercesor no vendrá a vosotros; mas si me voy, os lo enviaré. 8Y cuando Él venga, presentará querella al mundo, por capítulo de pecado, por capítulo de justicia, y por capítulo de juicio: 9 por capítulo de pecado, porque no han creído en Mí; 10 por capítulo de justicia, porque Yo me voy a mi Padre, y vosotros no me veréis más; 11 por capítulo de juicio, porque el príncipe de este mundo está juzgado.
Comentario
5. Ya no os interesáis como antes (13, 36; 14, 5) por saber lo mío, que tanto debiera preocuparos, y sólo pensáis en vuestra propia tristeza, ignorando que mi partida será origen de grandes bienes para vosotros (v. 7). Nótese, en efecto, que cuando Jesús subió al cielo, sus discípulos ya no estaban tristes por aquella separación, sino que "volvieron llenos de gozo" (Luc. 24, 52).
7. Se refiere a Pentecostés (Hech. 2). El don del Espíritu (Luc.
24, 49 y nota), que es su propio espíritu (Gál. 4, 6), nos lo
obtuvo Jesús del Padre, como premio conquistado con su Sangre. Se entiende
así que el Espíritu Santo no fuese dado (7, 39) hasta que Jesús
"una vez consumado" (Hebr. 5, 9 s.) por su pasión (Hebr.
2, 10) entrase en su gloria (Luc. 24, 26) sentándose a la diestra del
Padre (S. 109, 1 ss. y notas). Cf. 20, 22 y nota.
8. Presentará querella: "Desde entonces el mundo es un reo, sentado
en el banquillo de Dios, perpetuamente acusado por el Espíritu. ¿Cómo
podría tener la simpatía del creyente si no es por la engañosa
seducción de sus galas?".
10. Es decir porque Él va a ser glorificado por el Padre, con lo cual
quedará de manifiesto su santidad; y entre tanto sus discípulos,
aunque privados de la presencia visible del Maestro, serán conducidos
por el Paráclito al cumplimiento de toda justicia, con lo cual su vida
será un reproche constante para el mundo pecador.
11. El Espíritu Santo dará contra el espíritu mundano
este tremendo testimonio, que consiste en demostrar que, no obstante las virtudes
que suele pregonar, tiene como rector al mismo Satanás. Y así
como ha quedado demostrada la justicia de la causa de Cristo (v. 10), quedará
también evidenciada, para los hijos de la sabiduría humana,
la condenación de la causa de Satanás. Esto no quiere decir
que ya esté cumplida plenamente la sentencia contra el diablo y sus
ángeles. Véase II Pedro 2, 4; Judas 6; Apoc. 20, 3, 7 y 9.
Estos comentarios corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE Multimedios