Miércoles 7 de agosto

Evangelio según San Mateo, Capítulo 15, versículos 21-28

21 Partiendo de este lugar, se retiró Jesús a la región de Tiro y de Sidón. 22 Y he ahí que una mujer cananea venida de ese territorio, dió voces diciendo: "¡Ten piedad de mí, Señor, Hijo de David! Mi hija está atormentada por un demonio". 23 Pero Él no le respondió nada. Entonces los discípulos, acercándose, le rogaron: "Despídela, porque nos persigue con sus gritos". 24 Mas Él respondió y dijo: "No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel". 25 Ella, no obstante, vino a prosternarse delante de Él y dijo: "¡Señor, socórreme!" 26 Mas Él respondió: "No está bien tomar el pan de los hijos para echarlo a los perros". 27 Y ella dijo: "Sí, Señor, pero los perritos también comen las migajas que caen de la mesa de sus dueños". 28 Entonces Jesús respondiendo le dijo: "Oh mujer, grande es tu fe; hágasete como quieres". Y su hija quedó sana, desde aquel momento.


Estos comentarios corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE Multimedios