Viernes 6 de setiembre

Evangelio según San Lucas, capítulo 5, versículos del 33 al 39

Parábolas del remiendo y del vino nuevo

33 Entonces le dijeron: "Los discípulos de Juan ayunan con frecuencia y hacen súplicas, e igualmente los de los fariseos, pero los tuyos comen y beben". 34 Mas Jesús les dijo: "¿Podéis hacer ayunar a los compañeros de esposo, mientras está con ellos el esposo? 35 Un tiempo vendrá, en que el esposo les será quitado; entonces, en aquellos días ayunarán". 36 Y les dijo también una parábola: "Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo para ponerlo (de remiendo), a un vestido viejo; pues si lo hace, no sólo romperá el nuevo, sino que el pedazo cortado al nuevo no andará bien con el viejo. 37 Nadie, tampoco, echa vino nuevo en cueros viejos; pues procediendo así, el vino nuevo hará reventar los cueros, y se derramará, y los cueros se perderán. 38 Sino que el vino nuevo ha de echarse en cueros nuevos. 39 Y nadie que bebe de lo viejo quiere luego de lo nuevo, porque dice: "el viejo es excelente".

Comentario

34. El "esposo" es Jesucristo, los "compañeros" son los apóstoles, elegidos por El mismo; el tiempo que Jesús pasa en la tierra es el anuncio de las Bodas eternas del Cordero que se realizarán en su segunda venida (Apoc. 19, 6 - 9).

36. La doctrina del nuevo nacimiento que trae Jesús (Juan 3, 3 ss.) es una renovación total del hombre; no de a pedazos, como remiendo que sirve de pretexto para continuar en lo demás como antes. Toda ella tiene la unidad de un solo diamante, aunque con innumerables facetas. Es para tomarla tal como es, o dejarla. Veamos en 9, 57 ss.; 14, 25 y nota, la forma asombrosa en que El reacciona porque no quiere mezclas (Mat. 6, 24; Apoc. 3, 15; cf. Deut. 22, 11). Un día oye de Natanael una burla, y lo elogia por su sinceridad (Juan 1, 46 s.). En cambio, oye de otros alabanzas, y las desprecia porque son de los labios y no del corazón (Mat. 15, 8). Por eso dice que se perdonará la blasfemia contra El, pero no la que sea contra el Espíritu, el pecado contra la luz (Mat. 12, 31 - 33). 37 s. Como el cuero viejo no es capaz de resistir la fuerza expansiva del vino nuevo, así las almas apegadas a lo propio, sean intereses, tradiciones o rutinas, no soportan "las paradojas" de Jesús (véase 7, 23 y nota) que son "un escándalo" para los que se creen santos, y "una locura" para los que se creen sabios (I Cor. 1, 23; cf. Luc. 10, 21). Hay aquí una lección semejante a la de Mat. 7, 6 sobre los "cerdos" para que no nos empeñemos indiscretamente en forzar la siembra en una tierra que no quiere abrirse. Cf. Mat. 13, 1 ss.

39. Esta alegoría plantea al vivo el problema del "no conformismo" cristiano. Cristo, "el mayor revolucionario de la historia", no es aceptado fácilmente por los satisfechos. Si no sentimos en carne viva la miseria de lo que somos nosotros mismos en esta naturaleza caída (cf. Juan 2, 24 y nota) y de lo que es "este siglo malo" en que vivimos (Gál. 1, 4), no sentiremos la necesidad de un Libertador. Si no nos sentimos enfermos, no creeremos que necesitamos médico (v. 31 s.), ni desearemos que El venga (Apoc. 22, 20), y miraremos su doctrina como perturbadora del plácido sueño de muerte en que nos tiene narcotizados Satanás "el príncipe de este mundo" (Juan 14, 30). El que está satisfecho con el actual vino, que es el mundo, no querrá otro (cf. Mat. 6, 24 y nota) porque si uno es del mundo no puede tener el Espíritu Santo (Juan 14, 17), ni puede tener amor (I Juan 2, 15). Entonces verá pasar la Luz, que es el bien infinito, y la dejará alejarse porque amará más sus propias tinieblas (cf. 18, 22 y nota). Tal es precisamente el tremendo juicio de discernimiento que Jesús vino a hacer (Juan 3, 19). Y tal es lo que obliga al amor paternal de Dios a enviar pruebas severas a los que quiera salvar de la muerte.


Estos comentarios corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE Multimedios