Domingo 28 de julio
Parábolas del tesoro escondido de la perla y de la red.
44 "El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo; un hombre, habiéndolo descubierto, lo volvió a esconder, y en su gozo fue y vendió todo lo que tenía, y compró aquel campo.45 También, el reino de los cielos es semejante a un mercader en busca de perlas finas. 46 Habiendo encontrado una de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.
47 También es semejante el reino de los cielos a una red que se echó en el mar y que recogió peces de toda clase. 48 Una vez llena, la tiraron a la orilla, y sentándose juntaron los buenos en canastos, y tiraron los malos. 49 Así será en la consumación del siglo. Saldrán los ángeles y separarán a los malos de en medio de los justos, 50 y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes.
51 ¿Habéis entendido todo esto?"
Le dijeron: "Sí". 52 Entonces, les dijo: "Así
todo escriba que ha llegado a ser discípulo del reino de los cielos,
es semejante al dueño de casa que saca de su tesoro lo nuevo y lo viejo".
Estos comentarios
corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario
de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE
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