Lunes 27 de mayo

Evangelio según San Marcos, Capítulo 10, versículos 17-27

El joven rico.

17 Cuando iba ya en camino, vino uno corriendo y, doblando la rodilla, le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué he de hacer para heredar la vida eterna?" 18 Respondióle Jesús: "¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino sólo Dios. 19 Tú conoces los mandamientos: "No mates, no cometas adulterio, no robes, no des falso testimonio, no defraudes, honra a tu padre y a tu madre"; 20 y él le respondió: "Maestro, he cumplido todo esto desde mi juventud". 21 Entonces, Jesús lo miró con amor y le dijo: "Una cosa te queda: anda, vende todo lo que posees y dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; después, vuelve, y sígueme, llevando la cruz". 22 Al oír estas palabras, se entristeció, y se fue apenado, porque tenía muchos bienes.

Recompensa de los que siguen a Jesús.

23 Entonces, Jesús, dando una mirada a su rededor, dijo a sus discípulos: "¡Cuán difícil es para los ricos entrar en el reino de Dios!" 24 Como los discípulos se mostrasen asombrados de sus palabras, volvió a decirles Jesús: "Hijitos, ¡cuán difícil es para los que confían en las riquezas, entrar en el reino de Dios! 25 Es más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios". 26 Pero su estupor aumentó todavía; y se decían entre sí: "Entonces, ¿quién podrá salvarse?" 27 Mas Jesús, fijando sobre ellos su mirada, dijo: "Para los hombres, esto es imposible, mas no para Dios, porque todo es posible para Dios".


Estos comentarios corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE Multimedios