Viernes 27 de diciembre
2 Corrió, entonces, a encontrar a Simón Pedro, y al otro discípulo a quien Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde lo han puesto". 3 Salió, pues, Pedro y también el otro discípulo, y se fueron al sepulcro. 4 Corrían ambos, pero el otro discípulo corrió más a prisa que Pedro y llegó primero al sepulcro. 5 E, inclinándose, vió las fajas puestas allí, pero no entró. 6 Llegó luego Simón Pedro, que le seguía, entró en el sepulcro y vió las fajas puestas allí, 7 y el sudario, que había estado sobre su cabeza, puesto no con las fajas, sino en lugar aparte, enrollado. 8 Entonces, entró también el otro discípulo, que había llegado primero al sepulcro, y vió, y creyó.
Comentario
7. Es de notar la reverencia especial para
con la sagrada Cabeza de Jesús que demuestran los ángeles. No
quiso Dios que el sudario que envolvió la Cabeza de su Hijo muy amado
quedase confundido con las demás vendas.
Estos comentarios
corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario
de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE
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