Domingo 21 de julio
Parábola de la Cizaña.
24 Otra parábola les propuso, diciendo: "El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró grano bueno en su campo. 25 Pero, mientras la gente dormía, vino su enemigo, sobresembró cizaña entre el trigo, y se fue. 26 Cuando brotó, pues, la hierba y dió grano, apareció también la cizaña. 27 Y fueron los siervos al dueño de casa y le dijeron: "Señor ¿no sembraste grano bueno en tu campo? ¿Cómo, entonces, tiene cizaña?". 28 Les respondió: "Algún enemigo ha hecho esto". Le preguntaron: "¿Quieres que vayamos a recogerla?". 29 Mas él respondió: "No, no sea que al recoger la cizaña, desarraiguéis también el trigo. 30 Dejadlos crecer juntamente hasta la siega. Y al momento de la siega, diré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y al trigo juntadlo en mi granero".
Parábola del grano de mostaza.
31 Les propuso esta otra parábola: "El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo. 32 Es el más pequeño de todos los granos, pero cuando ha crecido es más grande que las legumbres, y viene a ser un árbol, de modo que los pájaros del cielo llegan a anidar en sus ramas".
Parábola de la levadura.
33 Otra parábola les dijo: "El reino de los cielos es semejante a la levadura, que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fermentó". 34 Todo esto, lo decía Jesús a las multitudes en parábolas, y nada les hablaba sin parábola, 35 para que se cumpliese lo que haba sido dicho por medio del profeta: "Abriré mis labios en parábolas; narraré cosas escondidas desde la fundación del mundo".
Interpretación de la parábola de la cizaña.
36 Entonces, despidió a la multitud
y volvió a la casa. Y los discípulos se acercaron a Él
y dijeron: "Explícanos la parábola de la cizaña
del campo". 37 Respondióles y dijo: "El que siembra la buena
semilla, es el Hijo del hombre. 38 El campo es el mundo. La buena semilla,
esos son los hijos del reino. La cizaña son los hijos del maligno.
39 El enemigo que la sembró es el diablo. La siega es la consumación
del siglo. Los segadores son los ángeles. 40 De la misma manera que
se recoge la cizaña y se la echa al fuego, así será en
la consumación del siglo. 41 El Hijo del hombre enviará a sus
ángeles, y recogerán de su reino todos los escándalos,
y a los que cometen la iniquidad, 42 y los arrojarán en el horno de
fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. 43 Entonces
los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. ¡Quien
tiene oídos, oiga!.
Estos comentarios
corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario
de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE
Multimedios