Sábado 20 de abril


Evangelio según San Juan, capítulo 6, versículos del 60 al 69

Confesión de Pedro.

60 Después de haberlo oído, muchos de sus discípulos dijeron: "Dura es esta doctrina: ¿Quién puede escucharla?" 61 Jesús, conociendo interiormente que sus discípulos murmuraban sobre esto, les dijo: "¿Esto os escandaliza? 62 ¿Y si viereis al Hijo del hombre subir adonde estaba antes? 63 El espíritu es el que vivifica; la carne para nada aprovecha. Las palabras que Yo os he dicho, son espíritu y son vida. 64 Pero hay entre vosotros quienes no creen". Jesús, en efecto, sabía desde el principio, quiénes eran los que creían, y quién lo había de entregar. 65 Y agregó: "He ahí por qué os he dicho que ninguno puede venir a Mí, si esto no le es dado por el Padre". 66 Desde aquel momento muchos de sus discípulos volvieron atrás y dejaron de andar con Él. 67 Entonces Jesús dijo a los Doce: "¿Queréis iros también vosotros?" 68 Simón Pedro le respondió: "Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes palabra de vida eterna. 69 Y nosotros hemos creído y sabemos que Tú eres el Santo de Dios".

Comentario

60. Por no haber abierto sus almas a la inteligencia espiritual del misterio, incurren en el sarcasmo de llamar "dura" la doctrina más tierna que haya sido revelada a los hombres. Confrontado en v. 41 y nota: Entonces los judíos se pusieron a murmurar contra El, porque había dicho: "Yo soy el pan que bajó del cielo". Nótese, como siempre, la ingratitud con que responden los hombres a las maravillosas revelaciones que Jesús acaba de hacerles. Véase v. 34 y nota: Le dijeron: "Señor, danos siempre este pan". Siguen creyendo que Jesús habla del pan multiplicado que ellos comieron. No acaban nunca de abrir su entendimiento y su corazón a la fe, como Jesús se lo reprocha en el v. 36.

61. Véase Luc. 20, 17 s., donde el Maestro manso y humilde de corazón es llamado por el mismo Dios "piedra de tropiezo", o sea de escándalo. Cf. Luc. 2, 34; Rom. 9, 32 s., etc. El mismo Jesús dijo muchas veces que los hombres, y también sus discípulos, se escandalizarían de El y de su doctrina, cuya generosidad sobrepasa el alcance de nuestro mezquino corazón (cf. Mat. 11, 6 y nota). De ahí la falta de fe que El señala y reprocha en los v. 36 y 64.

62. Subir: en el misterio de la Ascensión lo verán volver al cielo y ya no se escandalizarán (cf. v. 41 s.) de que se dijese bajado del cielo (v. 33, 46, 50 s., 58), ni podrán creer que les ha hablado de comerlo como los antropófagos (cf. v. 52).

63. La carne para nada aprovecha: Enseñanza tan enorme y preciosa como poco aprovechada. Porque es difícil de admitir para el que no ha hecho la experiencia y para el que no escucha a Jesús como un niño, que acepta sin discutirle al Maestro. Quiere decir que "la carne miente", porque lo tangible y material se nos presenta como lo más real y positivo, y Jesús nos dice que la verdadera realidad está en el espíritu, que no se ve (cf. II Cor. 4, 18). El hombre "prudente" piensa que las palabras son humo y ociosidad. Quiere "cosas y no palabras". Jesús reivindica aquí a la palabra - no la humana pero sí la divina - mostrándonos que en ella se esconde la vida, porque El es a un tiempo la vida y la Palabra: el Verbo. Véase 1, 4; 14, 6. Por eso S. Juan lo llama el Verbo de la vida (I. Juan 1, 1). Y de ahí que no solamente la Palabra es fuente de obras buenas (II Tim. 3, 16 s.) sino que el estar oyéndolo a El y creyéndole, es "la obra" por antonomasia (v. 29), la mejor parte (Luc. 10, 42), la gran bienaventuranza (Luc. 11, 28).

65. Véase los vers. 44 y 64: "Ninguno puede venir a Mí, si el Padre que me envió, no lo atrae; y Yo lo resucitaré en el último día. No es que alguien haya visto al Padre, sino Aquel que viene de Dios, Ese ha visto al Padre".

68. Los apóstoles (con excepción de Judas Iscariote, que más tarde fue el traidor) sostuvieron esta vez gloriosamente la prueba de su fe. Pedro habla aquí, como en otros casos, en nombre de todos (14, 27; Mat. 16, 16). El Santo de Dios: véase Luc. 1, 35: El ángel le respondió y dijo: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá; por eso el santo Ser que nacerá será llamado Hijo de Dios".

70. Jesús entrega a nuestra meditación esta sorprendente y terrible verdad de que el hecho de ser auténticamente elegido y puesto por El no impide ser manejado por Satanás.

 

Estos comentarios corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE Multimedios