Domingo 19 de mayo
19 A la tarde de ese mismo día, el primero de la semana, y estando, por miedo a los judíos, cerradas las puertas (de) donde se encontraban los discípulos, vino Jesús y, de pie en medio de ellos, les dijo: "¡Paz a vosotros!" 20 Diciendo esto, les mostró sus manos y su costado; y los discípulos se llenaron de gozo, viendo al Señor. 21 De nuevo les dijo: "¡Paz a vosotros! Como mi Padre me envió, así Yo os envío". 22 Y dicho esto, sopló sobre ellos, y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo: 23 a quienes perdonaréis los pecados, les quedan perdonados; y a quienes se los retuviereis, quedan retenidos".
Comentario
22. Recibid: Este verbo en presente ¿sería
una excepción a los reiterados anuncios de que el Espíritu sólo
descendería cuando Jesús se fuese? (16, 7 y nota: "Sin
embargo, os lo digo en verdad: Os conviene que me vaya; porque, si Yo no me
voy, el Intercesor no vendrá a vosotros; mas si me voy, os lo enviaré".
Se refiere a Pentecostés (Hech. 2). El don del Espíritu, que
es su propio espíritu (Gál. 4, 6), nos lo obtuvo Jesús
del Padre, como premio conquistado con su Sangre. Se entiende así que
el Espíritu Santo no fuese dado (7, 39) hasta que Jesús "una
vez consumado" (Hebr. 5, 9 s.) por su pasión (Hebr. 2, 10) entrase
en su gloria (Luc. 24, 26) sentándose a la diestra del Padre).
Pirot expresa que "Jesús sopla sobre ellos para significar el
don que está a punto de hacerles". El caso es igual al de Lucas
24, 49, donde el Señor usa también el presente "yo envío"
para indicar un futuro próximo, o sea el día de Pentecostés.
Por lo demás esta facultad de perdonar o retener los pecados (cf. Concilio
Tridentino 14, 3; Denz. 913) se contiene ya en las palabras de Mateo 18, 15
- 20, pronunciadas por Jesús antes de su muerte. Cf. Mat. 16, 19. La
institución del Sacramento de la Penitencia expresada tan claramente
en estos versículos, obliga a los fieles a manifestar o confesar sus
pecados en particular; de otro modo no sería posible el "perdonar"
o "retener" los pecados. Cf. Mat. 18, 18; Conc. Trid. Ses. 1; cap.
V. 6, can. 2 - 9.
Estos comentarios
corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario
de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE
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