Viernes 17 de mayo


Evangelio según San Juan, capítulo 21, versículos del 15 al 19

El primado de Pedro.

15 Habiendo, pues, almorzado, Jesús dijo a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas tú más que éstos?" Le respondió: "Sí, Señor, Tú sabes que yo te quiero". Él le dijo: "Apacienta mis corderos". 16 Le volvió a decir por segunda vez: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". Le respondió: "Sí, Señor, Tú sabes que te quiero". Le dijo: "Pastorea mis ovejas". 17 Por tercera vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?" Se entristeció Pedro de que por tercera vez le preguntase: "¿Me quieres?", y le dijo: "Señor, Tú lo sabes todo. Tú sabes que yo te quiero". Díjole Jesús: "Apacienta mis ovejas".

Sobre Pedro y Juan.

18 "En verdad, en verdad, te digo, cuando eras más joven, te ponías a ti mismo el ceñidor, e ibas adonde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás los brazos, y otro te pondrá el ceñidor, y te llevará adonde no quieres". 19 Dijo esto para indicar con qué muerte él había de glorificar a Dios. Y habiéndole hablado así, le dijo: "Sígueme".

Comentario

15. Las tres preguntas sucesivas quizá recuerdan a Pedro las tres veces que había negado a su Maestro. Jesús usa dos veces el verbo amar (agapás me) y Pedro contesta siempre con otro verbo: te quiero (filo se). La tercera vez Jesús toma el verbo de Pedro: me quieres (filéis me). También usa el Señor verbos distintos: boske y póimaine, que traducimos respectivamente apacienta y pastorea (así también de la Torre), teniendo el segundo un sentido más dinámico: llevar a los pastos. En cuanto a corderos (arnía) y ovejas (próbata) - el probátia: ovejuelas, que algunos prefieren la segunda vez, no añade nada (cf. Pirot) - indican matices que han sido interpretados muy diversamente. Según Teofilacto, los corderos serían las almas principiantes, y las ovejas las proficientes. Según otros, representan la totalidad de los fieles, incluso los pastores de la Iglesia. Pirot hace notar la relación con el redil del Buen Pastor (10, 1 - 16; cf. Gál. 2, 7 - 10). El Concilio Vaticano, el 18 de julio de 1870, invocó este pasaje al proclamar el universal primado de Pedro (Denz. 1822), cuya tradición testifica autorizadamente S. Ireneo, obispo y mártir. Ello no obstante es de notar la humildad con que Pedro sigue llamándose simplemente copresbítero de sus hermanos en el apostolado (I Pedr. 5, 1; cf. Hech. 10, 23 y 26 y notas), a pesar de ser el Pastor supremo.

18. A raíz de lo anterior Jesús profetiza a Pedro el martirio en la cruz, lo que ocurrió en el año 67 en Roma, en el sitio donde hoy se levantan la Basílica de S. Pedro. Cf. II Pedr. 1, 12 - 15. Véase 13, 23.


Estos comentarios corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE Multimedios