Domingo 15 de setiembre

Evangelio según San Mateo, Capítulo 18, versículos 21-35

El siervo sin entrañas.

21 Entonces Pedro le dijo: "Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí y le perdonaré? ¿Hasta siete veces?" 22 Jesús le dijo: "No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. 23 Por eso el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. 24 Y cuando comenzó a ajustarlas, le trajeron a uno que le era deudor de diez mil talentos. 25 Como no tenía con qué pagar, mandó el Señor que lo vendiesen a él, a su mujer y a sus hijos y todo cuanto tenía y se pagase la deuda. 26 Entonces arrojándose a sus pies el siervo, postrado, le decía: "Ten paciencia conmigo, y te pagaré todo". 27 Movido a compasión el amo de este siervo, lo dejó ir y le perdonó la deuda. 28 Al salir, este siervo encontró a uno de sus compañeros, que le debía cien denarios y agarrándolo, lo sofocaba y decía: "Paga lo que debes". 29 Su compañero, cayendo a sus pies, le suplicaba y decía: "Ten paciencia conmigo y te pagaré". 30 Mas él no quiso, y lo echó a la cárcel, hasta que pagase la deuda. 31 Pero, al ver sus compañeros lo ocurrido, se contristaron sobremanera y fueron y contaron al amo todo lo que había sucedido. 32 Entonces lo llamó su señor y le dijo: "Mal siervo, yo te perdoné toda aquella deuda como me suplicaste. 33 ¿No debías tú también compadecerte de tu compañero, puesto que yo me compadecí de ti?" 34 Y encolerizado su señor, lo entregó a los verdugos hasta que hubiese pagado toda su deuda. 35 Esto hará con vosotros mi Padre celestial si no perdonáis de corazón cada uno a su hermano".

Comentario

22. Es decir: siempre. Dedúcese de aquí la misericordia sin límites, con que Dios perdona, puesto que Jesús nos presenta a su Padre como modelo de la misericordia que nosotros hemos de ejercitar. Además, el Evangelio de San Lucas en sdu capítulo 6 versículo 35 señala: "Vosotros, amad a vuestros enemigos; haced el bien y prestad sin esperar nada en retorno, y vuestra recompensa será grande, y seréis los hijos del Altísimo; de Él, que es bueno con los desagradecidos y malos".
Estas terminantes expresiones de la voluntad divina muestran cuán por encima está la ley cristiana, de la justicia o equilibrio simplemente jurídico tal como lo conciben los hombres. Es de señalar también la diferencia de matiz que existe entre este texto y su paralelo de San Mateo 5, 45:"A fin de que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace levantar su sol sobre malos y buenos, y descender su lluvia sobre justos e injustos"; allí se muestra cómo la bondad del Padre celestial devuelve bien por mal en el orden físico, dando su sol y su lluvia también a sus enemigos los pecadores. Aquí se alude al orden espiritual mostrando cómo El es bondadoso con los desagradecidos y los malos.

24. Diez mil talentos: más de 50 millones de pesos.

28. Cien denarios: menos de cien pesos, esto es, una suma enormemente inferior a la que debía él a su amo.

35. Aplicación de la quinta petición del Padre Nuestro. Véase además en el Evangelio de San Mateo, capítulo 6, versículo 14: "Si, pues, vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, vuestro Padre celestial os perdonará también". Aquí es pues, enorme la promesa que Jesús pone en nuestras manos. ¡Imaginemos a un juez de la tierra que dijese otro tanto! Pero ¡ay! si no perdonamos, porque entonces nosotros mismos nos condenamos en esta oración. Es decir, que si rezaran bien un solo Padrenuestro los que hacen las guerras, éstas serían imposibles. ¡Y aun se dice que estamos en la civilización cristiana!


Estos comentarios corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE Multimedios