Lunes 14 de octubre

Evangelio según San Lucas, capítulo 11, versículos del 29 al 32

La señal de Jonás

29 Como la muchedumbre se agolpaba, se puso a decir: "Perversa generación es ésta; busca una señal, mas no le será dada señal, sino la de Jonás. 30 Porque lo mismo que Jonás fue una señal para los ninivitas, así el Hijo del hombre será una señal para la generación esta. 31 La reina del Mediodía será despertada en el juicio frente a los hombres de la generación esta y los condenará, porque vino de las extremidades de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón; y hay aquí más que Salomón. 32 Los varones ninivitas actuarán en el juicio frente a la generación esta y la condenarán, porque ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás; y hay aquí más que Jonás".

Comentario

29. Véase Jonás 2.

31. Alude a la reina de Sabá (Arabia) que visitó a Salomón, para ver su sabiduría (III Rey. 10, 1; Mat. 12, 39 - 42; Marc. 8, 12). Estas referencias que hace Jesús a los que vanamente le piden milagros (cf. Juan 6, 30; 12, 37), tienen por objeto mostrarles que su divina sabiduría basta y sobra para conquistarle, sin necesidad de milagros, la adhesión de cuantos no sean de corazón doble (Juan 7, 17 y nota: "Si alguno quiere cumplir Su voluntad, conocerá si esta doctrina viene de Dios, o si Yo hablo por mi propia cuenta".
Procedimiento infalible para llegar a tener fe: Jesús promete la luz a todo aquel que busca la verdad para conformar a ella su vida (I Juan 1, 5 - 7). Está aquí, pues, toda la apologética de Jesús. El que con rectitud escuche la Palabra divina, no podrá resistirle, porque "jamás hombre alguno habló como Este" (v. 46). El ánimo doble, en cambio, en vano intentará buscar la Verdad divina en otras fuentes, pues su falta de rectitud cierra la entrada al Espíritu Santo, único que puede hacernos penetrar en el misterio de Dios (I Cor. 2, 10 ss.). De ahí que, como lo enseña S. Pablo y lo declaró Pío X en el juramento antimodernista, basta la observación de la naturaleza para conocer la existencia del Creador eterno, su omnipotencia y su divinidad (Rom. 1, 20); pero la fe no es ese conocimiento natural de Dios, sino el conocimiento sobrenatural que viene de la adhesión prestada a la verdad de la palabra revelada, "a causa de la autoridad de Dios sumamente veraz").
Esta sabiduría de Jesús es la lámpara de que habla en el v. 33 ss., y que no debe ser soterrada por los indiferentes, ni escondida por los maestros, porque todos tenemos necesidad de ella para nosotros y para los demás.


Estos comentarios corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE Multimedios