Domingo 14
de julio

Evangelio según San Mateo, Capítulo 13, versículos 1-23

Parábola del sembrador.

1 En aquel día, Jesús salió de casa y se sentó a la orilla del mar. 2 Y se reunieron junto a El muchedumbres tan numerosas, que hubo de entrar en una barca y sentarse, mientras que toda la gente se colocaba sobre la ribera. 3 Y les habló muchas cosas en parábolas diciendo: "He ahí que el sembrador salió a sembrar. 4 Y, al sembrar unas semillas cayeron a lo largo del camino, y los pájaros vinieron y las comieron. 5 Otras cayeron en lugares pedregosos, donde no tenían mucha tierra, y brotaron en seguida por no estar hondas en la tierra. 6 Y cuando el sol se levantó, se abrasaron, y no teniendo raíz, se secaron. 7 Otras cayeron entre abrojos, y los abrojos, creciendo, las ahogaron. 8 Otras cayeron sobre tierra buena, y dieron fruto, una ciento, otra sesenta, otra treinta. 9 ¡Quien tiene oídos, oiga!".

10 Aproximáronse sus discípulos y le dijeron: "¿Por qué les hablas en parábolas?" 11 Respondióles y dijo: "A vosotros es dado conocer los misterios del reino de los cielos, pero no a ellos. 12 Porque a quien tiene, se le dará y tendrá abundancia; y al que no tiene, aún lo que tiene le será quitado. 13 Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni comprenden. 14 Para ellos se cumple esa profecía de Isaías: "Oiréis pero no comprenderéis, veréis y no conoceréis. 15 Porque el corazón de este pueblo se ha endurecido, y sus oídos oyen mal, y cierran los ojos, de miedo que vean con sus ojos, y oigan con sus oídos, y comprendan con su corazón, y se conviertan, y Yo los sane". 16 Pero vosotros, ¡felices de vuestros ojos porque ven, vuestros oídos porque oyen! 17 En verdad, os digo, muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; oír lo que vosotros oís y no lo oyeron".

18 "Escuchad pues, vosotros la parábola del sembrador. 19 Sucede a todo el que oye la palabra del reino y no la comprende, que viene el maligno y arrebata lo que ha sido sembrado en su corazón: éste es el sembrado a lo largo del camino. 20 El sembrado en pedregales, éste es el hombre que, oyendo la palabra, en seguida la recibe con alegría; 21 pero no teniendo raíz en si mismo, es de corta duración, y cuando llega la tribulación o la persecución por causa de la palabra, al punto se escandaliza. 22 El sembrado entre los abrojos, éste es el hombre que oye la palabra, pero la preocupación de este siglo y el engaño de las riquezas sofocan la palabra, y ella queda sin fruto. 23 Pero el sembrado en tierra buena, éste es el hombre que oye la palabra y la comprende: él sí que fructifica y produce ya ciento, ya sesenta, ya treinta".


Estos comentarios corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE Multimedios