San Gregorio Grassi, Obispo y Compañeros, Mártires (Memoria Libre)

julio 8, 2019

Color: Rojo

Lecturas diarias:

Primera Opción

  • Primera Lectura

    Génesis 28:10-22

    10Jacob salió de Berseba y fue a Jarán. 11Llegando a cierto lugar, se dispuso a hacer noche allí, porque ya se había puesto el sol. Tomó una de las piedras del lugar, se la puso por cabezal, y acostóse en aquel lugar. 12Y tuvo un sueño; soñó con una escalera apoyada en tierra, y cuya cima tocaba los cielos, y he aquí que los ángeles de Dios subían y bajaban por ella. 13Y vio que Yahveh estaba sobre ella, y que le dijo: «Yo soy Yahveh, el Dios de tu padre Abraham y el Dios de Isaac. La tierra en que estás acostado te la doy para ti y tu descendencia. 14Tu descendencia será como el polvo de la tierra y te extenderás al poniente y al oriente, al norte y al mediodía; y por ti se bendencirán todos los linajes de la tierra; y por tu descendencia. 15Mira que yo estoy contigo; te guardaré por doquiera que vayas y te devolveré a este solar. No, no te abandonaré hasta haber cumplido lo que te he dicho.» 16Despertó Jacob de su sueño y dijo: «¡Así pues, está Yahveh en este lugar y yo no lo sabía!» 17Y asustado dijo: «¡Qué temible es este lugar! ¡Esto no es otra cosa sino la casa de Dios y la puerta del cielo!» 18Levantóse Jacob de madrugada, y tomando la piedra que se había puesto por cabezal, la erigió como estela y derramó aceite sobre ella. 19Y llamó a aquel lugar Betel, aunque el nombre primitivo de la ciudad era Luz. 20Jacob hizo un voto, diciendo: «Si Dios me asiste y me guarda en este camino que recorro, y me da pan que comer y ropa con que vestirme, 21y vuelvo sano y salvo a casa de mi padre, entonces Yahveh será mi Dios; 22y esta piedra que he erigido como estela será Casa de Dios; y de todo lo que me dieres, te pagaré el diezmo.»

  • Salmo Responsorial

    Salmo 91:1-4, 14-15

    1El que mora en el secreto de Elyón pasa la noche a la sombra de Sadday, 2diciendo a Yahveh: «¡Mi refugio y fortaleza, mi Dios, en quien confío!» 3Que él te libra de la red del cazador, de la peste funesta; 4con sus plumas te cubre, y bajo sus alas tienes un refugio: escudo y armadura es su verdad. 14Pues él se abraza a mí, yo he de librarle; le exaltaré, pues conoce mi nombre. 15Me llamará y le responderé; estaré a su lado en la desgracia, le libraré y le glorificaré.

  • Evangelio

    Mateo 9:18-26

    18Así les estaba hablando, cuando se acercó un magistrado y se postró ante él diciendo: «Mi hija acaba de morir, pero ven, impón tu mano sobre ella y vivirá.» 19Jesús se levantó y le siguió junto con sus discípulos. 20En esto, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años se acercó por detrás y tocó la orla de su manto. 21Pues se decía para sí: «Con sólo tocar su manto, me salvaré.» 22Jesús se volvió, y al verla le dijo: «¡Animo!, hija, tu fe te ha salvado.» Y se salvó la mujer desde aquel momento. 23Al llegar Jesús a casa del magistrado y ver a los flautistas y la gente alborotando, 24decía: «¡Retiraos! La muchacha no ha muerto; está dormida.» Y se burlaban de él. 25Mas, echada fuera la gente, entró él, la tomó de la mano, y la muchacha se levantó. 26Y la noticia del suceso se divulgó por toda aquella comarca.

Segunda Opción

  • Primera Lectura

    Apocalipsis 7:9-17

    9Después miré y había una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y el Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. 10Y gritan con fuerte voz: «La salvación es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero.» 11Y todos los Angeles que estaban en pie alrededor del trono de los Ancianos y de los cuatro Vivientes, se postraron delante del trono, rostro en tierra, y adoraron a Dios 12diciendo: «Amén. Alabanza, gloria, sabiduría, acción de gracias, honor, poder y fuerza, a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.» 13Uno de los Ancianos tomó la palabra y me dijo: «Esos que están vestidos con vestiduras blancas ¿quiénes son y de dónde han venido?» 14Yo le respondí: «Señor mío, tú lo sabrás.» Me respondió: «Esos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la sangre del Cordero. 15Por esto están delante del trono de Dios, dándole culto día y noche en su Santuario; y el que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos. 16Ya no tendrán hambre ni sed; ya nos les molestará el sol ni bochorno alguno. 17Porque el Cordero que está en medio del trono los apacentará y los guiará a los manantiales de las aguas de la vida. Y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos.»

  • Salmo Responsorial

    Salmo 34:2-9

    2Bendeciré a Yahveh en todo tiempo, sin cesar en mi boca su alabanza; 3en Yahveh mi alma se gloría, ¡óiganlo los humildes y se alegren! 4Engrandeced conmigo a Yahveh, ensalcemos su nombre todos juntos. 5He buscado a Yahveh, y me ha respondido: me ha librado de todos mis temores. 6Los que miran hacia él, refulgirán: no habrá sonrojo en su semblante. 7Cuando el pobre grita, Yahveh oye, y le salva de todas sus angustias. 8Acampa el ángel de Yahveh en torno a los que le temen y los libra. 9Gustad y ved qué bueno es Yahveh, dichoso el hombre que se cobija en él.

  • Evangelio

    Juan 15:18-21

    18«Si el mundo os odia, sabed que a mí me ha odiado antes que a vosotros. 19Su fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero, como no sois del mundo, porque yo al elegiros os he sacado del mundo, por eso os odia el mundo. 20Acordaos de la palabra que os he dicho: El siervo no es más que su señor. Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros; si han guardado mi Palabra, también la vuestra guardarán. 21Pero todo esto os lo harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado.