San Jerónimo, Presbítero, Doctor de la Iglesia (Memoria)

septiembre 30, 2022

Color: Blanco

Lecturas diarias:

Primera Opción

  • Primera Lectura

    Job 38:1, 12-21; 40:3-5

    38 1Yahveh repondió a Job desde el seno de la tempestad y dijo: 12¿Has mandado, una vez en tu vida, a la mañana, has asignado a la aurora su lugar, 13para que agarre a la tierra por los bordes y de ella sacuda a los malvados? 14Ella se trueca en arcilla de sello, se tiñe lo mismo que un vestido. 15Se quita entonces su luz a los malvados, y queda roto el brazo que se alzaba. 16¿Has penetrado hasta las fuentes del mar? ¿has circulado por el fondo del Abismo? 17¿Se te han mostrado las puertas de la Muerte? ¿has visto las puertas del país de la Sombra? 18¿Has calculado las anchuras de la tierra? Cuenta, si es que sabes, todo esto. 19¿Por dónde se va a la morada de la luz? y las tinieblas, ¿dónde tienen su sitio?, 20para que puedas llevarlas a su término, guiarlas por los senderos de su casa. 21Si lo sabes, ¡es que ya habías nacido entonces, y bien larga es la cuenta de tus días! 40 3Y Job respondió a Yahveh: 4¡He hablado a la ligera: ¿qué voy a responder? Me taparé la boca con mi mano. 5Hablé una vez..., no he de repetir; dos veces..., ya no insistiré.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 139:1-3, 7-10, 13-14

    1Del maestro de coro. De David. Salmo. Yahveh, tú me escrutas y conoces; 2sabes cuándo me siento y cuándo me levanto, mi pensamiento calas desde lejos; 3esté yo en camino o acostado, tú lo adviertes, familiares te son todas mis sendas. 7¿A dónde iré yo lejos de tu espíritu, a dónde de tu rostro podré huir? 8Si hasta los cielos subo, allí estás tú, si en el seol me acuesto, allí te encuentras. 9Si tomo las alas de la aurora, si voy a parar a lo último del mar, 10también allí tu mano me conduce, tu diestra me aprehende. 13Porque tú mis riñones has formado, me has tejido en el vientre de mi madre; 14yo te doy gracias por tantas maravillas: prodigio soy, prodigios son tus obras. Mi alma conocías cabalmente,

  • Evangelio

    Lucas 10:13-16

    13«¡Ay de ti, Corazin! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que, sentados con sayal y ceniza, se habrían convertido. 14Por eso, en el Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras. 15Y tú, Cafarnaúm, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás! 16«Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado.»

Segunda Opción

  • Primera Lectura

    II Timoteo 3:14-17

    14Tú, en cambio, persevera en lo que aprendiste y en lo que creíste, teniendo presente de quiénes lo aprendiste, 15y que desde niño conoces las Sagradas Letras, que pueden darte la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. 16Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para argüir, para corregir y para educar en la justicia; 17así el hombre de Dios se encuentra perfecto y preparado para toda obra buena.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 119:9-14

    9¿Cómo el joven guardará puro su camino? Observando tu palabra. 10De todo corazón ando buscándote, no me desvíes de tus mandamientos. 11Dentro del corazón he guardado tu promesa, para no pecar contra ti. 12Bendito tú, Yahveh, enséñame tus preceptos. 13Con mis labios he contado todos los juicios de tu boca. 14En el camino de tus dictámenes me recreo más que en toda riqueza.

  • Evangelio

    Mateo 13:47-52

    47«También es semejante el Reino de los Cielos a una red que se echa en el mar y recoge peces de todas clases; 48y cuando está llena, la sacan a la orilla, se sientan, y recogen en cestos los buenos y tiran los malos. 49Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos 50y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. 51«¿Habéis entendido todo esto?» Dícenle: «Sí.» 52Y él les dijo: «Así, todo escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos es semejante al dueño de una casa que saca de sus arcas lo nuevo y lo viejo.»