San Ireneo, Obispo, Mártir (Memoria)

junio 28, 2023

Color: Rojo

Lecturas diarias:

Primera Opción

  • Primera Lectura

    Génesis 15:1-12, 17-18

    1Después de estos sucesos fue dirigida la palabra de Yahveh a Abram en visión, en estos términos: «No temas, Abram. Yo soy para ti un escudo. Tu premio será muy grande.» 2Dijo Abram: «Mi Señor, Yahveh, ¿qué me vas a dar, si me voy sin hijos...?.» 3Dijo Abram: «He aquí que no me has dado descendencia, y un criado de mi casa me va a heredar.» 4Mas he aquí que la palabra de Yahveh le dijo: «No te heredará ése, sino que te heredará uno que saldrá de tus entrañas.» 5Y sacándole afuera, le dijo: «Mira al cielo, y cuenta las estrellas, si puedes contarlas.» Y le dijo: «Así será tu descendencia.» 6Y creyó él en Yahveh, el cual se lo reputó por justicia. 7Y le dijo: «Yo soy Yahveh que te saqué de Ur de los caldeos, para darte esta tierra en propiedad.» 8El dijo: «Mi Señor, Yahveh, ¿en qué conoceré que ha de ser mía?» 9Díjole: «Tráeme una novilla de tres años, una cabra de tres años, un carnero de tres años, una tórtola y un pichón.» 10Tomó él todas estas cosas, y partiéndolas por medio, puso cada mitad enfrente de la otra. Los pájaros no los partió. 11Las aves rapaces bajaron sobre los cadáveres, pero Abram las espantó. 12Y sucedió que estando ya el sol para ponerse, cayó sobre Abram un sopor, y de pronto le invadió un gran sobresalto. 17Y, puesto ya el sol, surgió en medio de densas tinieblas un horno humeante y una antorcha de fuego que pasó por entre aquellos animales partidos. 18Aquel día firmó Yahveh una alianza con Abram, diciendo: «A tu descendencia he dado esta tierra, desde el rió de Egipto hasta el Río Grande, el río Eufrates:

  • Salmo Responsorial

    Salmo 105:1-4, 6-9

    1¡Dad gracias a Yahveh, aclamad su nombre, divulgad entre los pueblos sus hazañas! 2¡Cantadle, salmodiad para él, sus maravillas todas recitad; 3gloriaos en su santo nombre, se alegre el corazón de los que buscan a Yahveh! 4¡Buscad a Yahveh y su fuerza, id tras su rostro sin descanso, 6Raza de Abraham, su servidor, hijos de Jacob, su elegido: 7él, Yahveh, es nuestro Dios, por toda la tierra sus juicios. 8El se acuerda por siempre de su alianza, palabra que impuso a mil generaciones, 9lo que pactó con Abraham, el juramento que hizo a Isaac,

  • Evangelio

    Mateo 7:15-20

    15«Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. 16Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? 17Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. 18Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. 19Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego. 20Así que por sus frutos los reconoceréis.

Segunda Opción

  • Primera Lectura

    II Timoteo 2:22-26

    22Huye de las pasiones juveniles. Vete al alcance de la justicia, de la fe, de la caridad, de la paz, en unión de los que invocan al Señor con corazón puro. 23Evita las discusiones necias y estúpidas; tú sabes bien que engrendran altercados. 24Y a un siervo del Señor no le conviene altercar, sino ser amable, con todos, pronto a enseñar, sufrido, 25y que corrija con mansedumbre a los adversarios, por si Dios les otorga la conversión que les haga conocer plenamente la verdad, 26y volver al buen sentido, librándose de los lazos del Diablo que los tiene cautivos, rendidos a su voluntad.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 37:3-6, 30-31

    3Ten confianza en Yahveh y obra el bien, vive en la tierra y crece en paz, 4ten tus delicias en Yahveh, y te dará lo que pida tu corazón. 5Pon tu suerte en Yahveh, confía en él, que él obrará; 6hará brillar como la luz tu justicia, y tu derecho igual que el mediodía. 30La boca del justo sabiduría susurra, su lengua habla rectitud; 31la ley de su Dios está en su corazón, sus pasos no vacilan.

  • Evangelio

    Juan 17:20-26

    20No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, 21para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. 22Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: 23yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí. 24Padre, los que tú me has dado, quiero que donde yo esté estén también conmigo, para que contemplan mi gloria, la que ma has dado, porque me has amado antes de la creación del mundo. 25Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido y éstos han conocido que tú me has enviado. 26Yo les he dado a conocer tu Nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me has amado esté en ellos y yo en ellos.»