San Felipe Neri, Presbítero (Memoria)

mayo 26, 2021

Color: Blanco

Lecturas diarias:

Primera Opción

  • Primera Lectura

    Eclesiástico 36:1, 4-5, 10-17

    1Ten piedad de nosotros, Dios, dueño de todas las cosas, mira y siembra tu temor sobre todas las naciones. 4Que te reconozcan, como nosotros hemos reconocido que no hay Dios fuera de ti, Señor. 5Renueva las señales, repite tus maravillas, glorifica tu mano y tu brazo derecho. 10Congrega todas las tribus de Jacob, dales su heredad como al principio. 11Ten piedad, Señor, del pueblo llamado con tu nombre, de Israel, a quien igualaste con el primogénito. 12Ten compasión de tu santa ciudad, de Jerusalén, lugar de tu reposo. 13Llena a Sión de tu alabanza, y de tu gloria tu santuario. 14Da testimonio a tus primeras criaturas, mantén las profecías dichas en tu nombre. 15Da su recompensa a los que te aguardan, y que tus profetas queden acreditados. 16Escucha, Señor, la súplica de tus siervos, según la bendición de Aarón sobre tu pueblo. 17Y todos los de la tierra reconozcan que tú eres el Señor, el Dios eterno.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 79:8-9, 11, 13

    8No recuerdes contra nosotros culpas de antepasados, vengan presto a nuestro encuentro tus ternuras, pues estamos abatidos del todo; 9ayúdanos, Dios de nuestra salvación, por amor de la gloria de tu nombre; líbranos, borra nuestros pecados, por causa de tu nombre. 11¡Llegue hasta ti el suspiro del cautivo, con la grandeza de tu brazo preserva a los hijos de la muerte! 13Y nosotros, tu pueblo, rebaño de tu pasto, eternamente te daremos gracias, de edad en edad repetiremos tu alabanza.

  • Evangelio

    Marcos 10:32-45

    32Iban de camino subiendo a Jerusalén, y Jesús marchaba delante de ellos; ellos estaban sorprendidos y los que le seguían tenían miedo. Tomó otra vez a los Doce y comenzó a decirles lo que le iba a suceder: 33«Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, 34y se burlarán de él, le escupirán, le azotarán y le matarán, y a los tres días resucitará.» 35Se acercan a él Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dicen: «Maestro, queremos, nos concedas lo que te pidamos.» 36El les dijo: «¿Qué queréis que os conceda?» 37Ellos le respondieron: «Concédenos que nos sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda.» 38Jesús les dijo: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado?» 39Ellos le dijeron: «Sí, podemos.» Jesús les dijo: «La copa que yo voy a beber, sí la beberéis y también seréis bautizados con el bautismo conque yo voy a ser bautizado; 40pero, sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado.» 41Al oír esto los otros diez, empezaron a indignarse contra Santiago y Juan. 42Jesús, llamándoles, les dice: «Sabéis que los que son tenidos como jefes de las naciones, las dominan como señores absolutos y sus grandes las oprimen con su poder. 43Pero no ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, 44y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos, 45que tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.»

Segunda Opción

  • Primera Lectura

    Filipenses 4:4-9

    4Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. 5Que vuestra mesura sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. 6No os inquietéis por cosa alguna; antes bien, en toda ocasión, presentad a Dios vuestras peticiones, mediante la oración y la súplica, acompañadas de la acción de gracias. 7Y la paz de Dios, que supera todo conocimiento, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. 8Por lo demás, hermanos, todo cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de honorable, todo cuanto sea virtud y cosa digna de elogio, todo eso tenedlo en cuenta. 9Todo cuanto habéis aprendido y recibido y oído y visto en mí, ponedlo por obra y el Dios de la paz estará con vosotros.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 34:2-11

    2Bendeciré a Yahveh en todo tiempo, sin cesar en mi boca su alabanza; 3en Yahveh mi alma se gloría, ¡óiganlo los humildes y se alegren! 4Engrandeced conmigo a Yahveh, ensalcemos su nombre todos juntos. 5He buscado a Yahveh, y me ha respondido: me ha librado de todos mis temores. 6Los que miran hacia él, refulgirán: no habrá sonrojo en su semblante. 7Cuando el pobre grita, Yahveh oye, y le salva de todas sus angustias. 8Acampa el ángel de Yahveh en torno a los que le temen y los libra. 9Gustad y ved qué bueno es Yahveh, dichoso el hombre que se cobija en él. 10Temed a Yahveh vosotros, santos suyos, que a quienes le temen no les falta nada. 11Los ricos quedan pobres y hambrientos, mas los que buscan a Yahveh de ningún bien carecen.

  • Evangelio

    Juan 17:20-26

    20No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, 21para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. 22Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: 23yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí. 24Padre, los que tú me has dado, quiero que donde yo esté estén también conmigo, para que contemplan mi gloria, la que ma has dado, porque me has amado antes de la creación del mundo. 25Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido y éstos han conocido que tú me has enviado. 26Yo les he dado a conocer tu Nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me has amado esté en ellos y yo en ellos.»