San Antonio, Abad (Memoria)

enero 17, 2023

Color: Blanco

Lecturas diarias:

Primera Opción

  • Primera Lectura

    Hebreos 6:10-20

    10Porque no es injusto Dios para olvidarse de vuestra labor y del amor que habéis mostrado hacia su nombre, con los servicios que habéis prestado y prestáis a los santos. 11Deseamos, no obstante, que cada uno de vosotros manifieste hasta el fin la misma diligencia para la plena realización de la esperanza, 12de forma que no os hagáis indolentes, sino más bien imitadores de aquellos que, mediante la fe y la perseverancia, heredan las promesas. 13Cuando Dios hizo la Promesa a Abraham, no teniendo a otro mayor por quien jurar, juró por sí mismo 14diciendo: ¡Sí!, te colmaré de bendiciones y te acrecentaré en gran manera. 15Y perseverando de esta manera, alcanzó la Promesa. 16Pues los hombres juran por uno superior y entre ellos el juramento es la garantía que pone fin a todo litigio. 17Por eso Dios, queriendo mostrar más plenamente a los herederos de la Promesa la inmutabilidad de su decisión, interpuso el juramento, 18para que, mediante dos cosas inmutables por las cuales es imposible que Dios mienta, nos veamos más poderosamente animados los que buscamos un refugio asiéndonos a la esperanza propuesta, 19que nosotros tenemos como segura y sólida ancla de nuestra alma, y que penetra hasta más allá del velo, 20adonde entró por nosotros como precursor Jesús, hecho, a semejanza de Melquisedec, Sumo Sacerdote para siempre.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 111:1-2, 4-5, 9-10

    1¡Aleluya! Doy gracias a Yahveh de todo corazón, en el consejo de los justos y en la comunidad. 2Grandes son las obras de Yahveh, meditadas por los que en ellas se complacen. 4De sus maravillas ha dejado un memorial. ¡Clemente y compasivo Yahveh! 5Ha dado alimento a quienes le temen, se acuerda por siempre de su alianza. 9Ha enviado redención a su pueblo, ha fijado para siempre su alianza; santo y temible es su nombre. 10Principio del saber, el temor de Yahveh; muy cuerdos todos los que lo practican. Su alabanza por siempre permanece.

  • Evangelio

    Marcos 2:23-28

    23Y sucedió que un sábado, cruzaba Jesús por los sembrados, y sus discípulos empezaron a abrir camino arrancando espigas. 24Decíanle los fariseos: «Mira ¿por qué hacen en sábado lo que no es lícito?» 25El les dice: «¿Nunca habéis leído lo que hizo David cuando tuvo necesidad, y él y los que le acompañaban sintieron hambre, 26cómo entró en la Casa de Dios, en tiempos del Sumo Sacerdote Abiatar, y comió los panes de la presencia, que sólo a los sacerdotes es lícito comer, y dio también a los que estaban con él?» 27Y les dijo: «El sábado ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el sábado. 28De suerte que el Hijo del hombre también es señor del sábado.»

Segunda Opción

  • Primera Lectura

    Efesios 6:10-13, 18

    10Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en la fuerza de su poder. 11Revestíos de las armas de Dios para poder resistir a las acechanzas del Diablo. 12Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los Principados, contra las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus del Mal que están en las alturas. 13Por eso, tomad las armas de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y después de haber vencido todo, manteneros firmes. 18siempre en oración y súplica, orando en toda ocasión en el Espíritu, velando juntos con perseverancia e intercediendo por todos los santos,

  • Salmo Responsorial

    Salmo 16:1-2, 5, 7-8, 11

    1media voz. De David. Guárdame, oh Dios, en ti está mi refugio. 2Yo digo a Yahveh: «Tú eres mi Señor. mi bien, nada hay fuera de ti»; 5Yahveh, la parte de mi herencia y de mi copa, tú mi suerte aseguras; 7Bendigo a Yahveh que me aconseja; aun de noche mi conciencia me instruye; 8pongo a Yahveh ante mí sin cesar; porque él está a mi diestra, no vacilo. 11Me enseñarás el caminó de la vida, hartura de goces, delante de tu rostro, a tu derecha, delicias para siempre.

  • Evangelio

    Mateo 19:16-26

    16En esto se le acercó uno y le dijo: «Maestro, ¿qué he de hacer de bueno para conseguir vida eterna?» 17El le dijo: «¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Uno solo es el Bueno. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.» 18«¿Cuáles?» - le dice él. Y Jesús dijo: «No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, 19honra a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo.» 20Dícele el joven: «Todo eso lo he guardado; ¿qué más me falta?» 21Jesús le dijo: «Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos; luego ven, y sígueme.» 22Al oír estas palabras, el joven se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes. 23Entonces Jesús dijo a sus discípulos: «Yo os aseguro que un rico difícilmente entrará en el Reino de los Cielos. 24Os lo repito, es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el Reino de los Cielos.» 25Al oír esto, los discípulos, llenos de asombro, decían: «Entonces, ¿quién se podrá salvar?» 26Jesús, mirándolos fijamente, dijo: «Para los hombres eso es imposible, mas para Dios todo es posible.»