"Cuando no estén disponibles vacunas Covid-19 éticamente irreprochables (por ejemplo, en países en los que no se ponen a disposición de médicos y pacientes vacunas sin problemas éticos o en los que su distribución es más difícil debido a las condiciones especiales de almacenamiento y transporte, o cuando se distribuyen varios tipos de vacunas en el mismo país pero, por parte de las autoridades sanitarias, no se permite a los ciudadanos elegir la vacuna que se va a inocular) es moralmente aceptable utilizar las vacunas contra la Covid-19 que han utilizado líneas celulares de fetos abortados en su proceso de investigación y producción", indica la nota de la Congregación.
Ante quienes presenten la objeción de conciencia, los obispos explicaron que "quien rechaza la vacuna debe de contar con la verdadera posibilidad de implementar, tanto en el corto como en el mediano plazo, los medios preventivos eficientes para evitar el propio contagio y el contagio de los demás".
"Este tipo de recursos que involucran aislamiento estricto, higiene exhaustiva, verificación continua de la propia salud y otras medidas similares, no suelen estar al alcance real de la mayor parte de la población. Por ello, es que el Papa Francisco recientemente nos ha dicho a todos: 'Creo que desde el punto de vista ético todo el mundo debe vacunarse, porque no solamente pones en peligro tu salud, tu vida, sino también las de los otros'", destacaron los obispos.