26 de octubre de 2010 / 10:01 AM
En su mensaje para la 97° Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado que se celebrará el 16 de enero de 2011, titulado "Una sola familia humana", el Papa Benedicto XVI señala que todas las personas en el mundo tienen el derecho a emigrar y a disfrutar de los bienes de la tierra, respetando los ordenamientos legales y promoviendo la dimensión religiosa de la vida, que es la más importante.
En el texto con fecha 27 de septiembre y dado a conocer hoy en conferencia de prensa en el Vaticano, el Santo Padre explica que esta Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado brinda un espacio para que la Iglesia reflexione sobre este tema cada vez más común en la sociedad actual globalizada, que permita además una convivencia fraterna y pacífica entre los diversos pueblos que recorren "un mismo camino como hombres y, por tanto, como hermanos y hermanas".
Benedicto XVI constata en su mensaje que muchos pasan por la emigración, voluntaria o forzada. "Al respecto, la Iglesia no cesa de recordar que el sentido profundo de este proceso histórico y su criterio ético fundamental vienen dados precisamente por la unidad de la familia humana y su desarrollo en el bien. Por tanto, todos, tanto emigrantes como poblaciones locales que los acogen, forman parte de una sola familia, y todos tienen el mismo derecho a gozar de los bienes de la tierra, cuya destinación es universal, como enseña la doctrina social de la Iglesia. Aquí encuentran fundamento la solidaridad y el compartir", explica el Santo Padre.