1 de octubre de 2015 / 06:21 AM
"Que nunca, nunca, nunca se apague en nuestro corazón la nostalgia de Dios". Es el deseo del Papa Francisco en la primera Misa en la Casa Santa Marta después de su Visita Apostólica a Cuba y Estados Unidos, en la que explicó la importancia de este tema para el corazón humano.
El Pontífice, como siempre, comentó las lecturas del día e invitó a que cada uno piense si está contento con su vida y tiene a Dios presente cada día.
El pueblo de Israel, en su deportación a Babilonia, "estaba contento pero lloraba y escuchaba la Palabra de Dios; tenía alegría, pero también llanto, todo junto", explicó Francisco, porque "un corazón que no sabe qué es la nostalgia no puede hacer fiesta".