En aquella ocasión, el Papa Benedicto XVI permaneció en oración por largo tiempo completamente solo y después señaló a los peregrinos reunidos en los alrededores que "todos buscamos el Rostro del Señor".
"Buscar el rostro de Jesús debe ser el deseo de todos los cristianos", afirmó en 2006 Benedicto XVI quien dijo que ese era el sentido de su visita a Manoppello, "un rostro que juntos intentamos conocer siempre mejor, y del que encontramos esta fuerza de amor y de paz que nos muestra también el camino de nuestra vida".
En esta línea, Benedicto XVI indicó que "quien encuentra a Jesús, quien se deja atraer por Él y está dispuesto a seguirlo hasta el sacrificio de la vida, experimenta personalmente, como Él hizo en la cruz, que solo el grano de trigo que cae en la tierra y muere produce mucho fruto".
Luego, Benedicto XVI destacó a los sacerdotes en esa ocasión que si la santidad del rostro de Cristo quedaba impresa en ellos "también los fieles confiados a sus cuidados serán contagiados y transformados" por lo que pidió a los seminaristas que no se dejaran "atraer por nada más que Jesús y por el deseo de servir a su Iglesia" para que todas sus actividades fueran "un reflejo visible de la bondad y de la misericordia divina".