19 de agosto de 2019 / 04:13 PM
El 19 de agosto de 1989, en Santiago de Compostela en el marco de la IV Jornada Mundial de la Juventud, el Papa San Juan Pablo II lanzó un especial desafío a los jóvenes, que en su mayoría abrazarían el matrimonio como vocación, para que defiendan siempre la vida y la familia; y para que sean testigos de la verdad en un mundo que no sabe adónde ir.
En aquella ocasión, en la vigilia que presidió en el Monte del Gozo ante más de 600 mil jóvenes, el Papa peregrino cuestionó a los presentes: "¿Qué quiere Jesús de mí? ¿A qué me llama? ¿Cuál es el sentido de su llamada para mí? Para la gran mayoría de vosotros el amor humano se presenta como una forma de autorrealización en la formación de una familia".
"Por eso, en el nombre de Cristo deseo preguntaros: ¿Estáis dispuestos a seguir la llamada de Cristo a través del sacramento del matrimonio, para ser procreadores de nuevas vidas, formadores de nuevos peregrinos hacia la ciudad celeste?".