El manto sagrado de San José, una reliquia única del padre adoptivo de Jesús, ha recorrido las iglesias de Roma a lo largo de este año dedicado a él, luego de permanecer dieciséis siglos conservado en una antigua basílica de la capital italiana.
Según la tradición, el manto sagrado, que está acompañado por un velo aún colorido que habría pertenecido a la Virgen María, fue traído de Tierra Santa a Roma por San Jerónimo en el siglo IV.
Se cree que el santo pudo haber celebrado Misa en la Basílica de Sant'Anastasia, ubicada cerca del Circo Máximo de Roma, donde permanecieron escondidas ambas reliquias por más de 1.600 años hasta el inicio del Año de San José en diciembre de 2020.