En sus primeras palabras al mundo, el recién elegido Papa Francisco, pidió a los fieles católicos de Roma y con ellos a los de todo el mundo, que recen a Dios por él ahora que inicia su ministerio petrino.
Ante una abarrotada Plaza de San Pedro, el Santo Padre dijo: "hermanos, hermanas, buenas noches. Ustedes saben que mis hermanos cardenales que han debido escoger a un Obispo de Roma han ido a elegirme al fin del mundo".
El Pontífice pidió luego a todos "hacer una oración por nuestro Obispo Emérito Benedicto XVI. Recemos todos juntos por él, que la Virgen lo custodie".