El presidente electo de Filipinas, Rodrigo Duterte, calificó recientemente como corruptos e "hijos de p***as" a los obispos del país, por recurrir supuestamente a favores de los políticos.
En conferencia de prensa el 20 de mayo, el presidente electo calificó a la Iglesia Católica como "la institución más hipócrita", e insultó a los obispos filipinos: "ustedes hijos de p***as, ¿no están avergonzados? Piden tantos favores, incluso a mí".
Se estima que más del 80% de los 102 millones de filipinos son parte de la Iglesia Católica.