Pontificia Comisión para Tutela de Menores agradece carta del Papa sobre abusos sexuales

La Pontificia Comisión para la Tutela de los Menores agradeció la carta que el Papa Francisco publicó ayer para condenar los abusos sexuales cometidos en algunas diócesis de Estados Unidos y donde señala algunos pasos para acabar con estos crímenes.

Los miembros de la Comisión, que preside el Arzobispo de Boston, Cardenal Sean O'Malley, "se sienten respaldados por el llamado del Santo Padre al liderazgo de la Iglesia para implementar tolerancia cero y formas de hacer responsables a todos aquellos que cometen o encubran estos crímenes", señaló en un comunicado publicado este 21 de agosto.

En ese sentido, la Comisión agradece la carta al Pueblo de Dios escrita por el Pontífice, pues "sus fuertes palabras" reconocen "el dolor y el sufrimiento que sufren las personas que han sufrido abuso sexual, el abuso de poder y el abuso de conciencia perpetrado por algunos miembros de la iglesia".

"Estamos eternamente en deuda con el coraje profético y la resistencia de muchos hombres y mujeres cuya protesta fue más poderosa que todas las medidas destinadas a silenciarla".

"La carta del Papa Francisco refuerza el mensaje de la Comisión de que la tolerancia cero y la responsabilidad son un requisito previo para proteger a las personas vulnerables del abuso, ahora y en el futuro".

Myriam Wijlens, miembro de la Comisión y vice moderadora del grupo de trabajo sobre pautas y normas de salvaguardia, explicó que en exclusiva a CNA (agencia en inglés del grupo ACI), que "aunque claramente está implícito, el texto no contiene las palabras 'obispo', 'superior' y 'liderazgo'".

"La conversión necesaria requiere que estas palabras encuentren una articulación explícita. Es un paso importante para crear una cultura de responsabilidad", afirmó.

En su opinión, "se deben seguir más pasos: crear instituciones claras donde se presenten las denuncias contra obispos y superiores, prever investigaciones verdaderamente independientes y responsabilizar a los encubridores. Solo entonces se administrará justicia".

En particular, "para mí, como abogada canónica, esto implica tres áreas de preocupación: primero, ver una cultura que prevenga el abuso sexual, así como el abuso de un poder que permite encubrirlo. En segundo lugar, tener instituciones adecuadas que permitan que las víctimas de abuso sexual y de encubrimiento denuncien, sean escuchadas y obtengan justicia".

"En tercer lugar, asegurarse de que los acusados ​​reciban un juicio justo y transparente, y aquellos que encubrieron, incluidos los obispos, rindan cuentas. Las tres áreas necesitarán estudio y, sobre todo, experiencia. Aquí comienza la conversión: el liderazgo de la Iglesia debe salir de sus propios círculos y reunir a los mejores expertos del mundo en los diferentes temas en conjunto, pedirles consejo, proponer cambios y vivir de acuerdo con ellos", destaca.