En los últimos años, las autoridades han impedido con vallas de hierro la entrada de los fieles al cementerio de Wenzhou, para evitar que los católicos se reúnan. "Este año, se llevaron directamente a Mons. Shao", precisó.
El secuestro de Mons. Shao se dio pese al acuerdo que el Vaticano firmó con el gobierno chino sobre el nombramiento de obispos. Los términos del acuerdo, que se renovó en octubre de 2020 por dos años más, no han sido revelados.
Asia News señaló que el Acuerdo Sino-Vaticano parece no frenar la persecución de los católicos chinos, especialmente de los obispos que no son "oficiales". Además, indicó en mayo de este año que "muchos fieles consideran que 'el acuerdo ha sido traicionado'", y que algunos consideran que desde su firma "ha aumentado la persecución contra los católicos".
Otros obispos perseguidos son Mons. Jia Zhiguo, que está bajo arresto domiciliario, y Mons. Joseph Zhang Weizhu, detenido junto con siete sacerdotes y 10 seminaristas entre el 20 y 21 de mayo, y "sometido a sesiones políticas". Además, a otros obispos como Mons. Guo Xijin, se les ha cortado el suministro de agua, electricidad y gas en sus hogares, indicó.