La Plataforma por la Vida y la Familia de Bolivia, uno de los principales grupos providas del país, rechazó enfáticamente el parto prematuro al que fue forzada una niña de once años y que fue la "condena a muerte" del bebé que estaba en su vientre con 24 semanas de gestación, pues falleció a los pocas horas de haber nacido.
"Con profunda consternación, dolor e impotencia, ante la cruel e inhumana sentencia de muerte a un ser inocente, cuyo infanticidio ha sido consumado, y frente a la puesta en riesgo de la vida de una menor con seis meses de gestación obligada a abortar, rechazamos enfáticamente este crimen planificado bajo coerción e impuesto por instituciones gubernamentales y ONG's promotoras del aborto e impulsoras de una agenda anti-natalista", indicó la plataforma en un comunicado a la opinión pública emitido el lunes 8 de noviembre.
Además, denunció que estas entidades "han impuesto la finalización violenta, forzada y definitiva de la vida de un niño, en contra de la voluntad de la joven madre, el bebé y su tutora, la madre de la menor, a quien se le ha privado todo acceso para saber algo de su hija; hecho que ha sido informado a través de los medios de comunicación".