3 de junio de 2020 / 04:53 PM
El jueves 28 de mayo, cuando las protestas por la muerte de George Floyd se volvieron violentas, una pequeña parroquia católica en Minneapolis (Estados Unidos) se convirtió en un refugio para los vecinos que no se sentían seguros en sus hogares.
La parroquia St. Albert the Great, en el vecindario de Longfellow, albergó a 34 vecinos cuando los manifestantes empezaron a dañar negocios y hogares cercanos a la iglesia, como el Tercer Recinto Policial de Minneapolis, que fue incendiado en medio de los disturbios.
El párroco de St. Albert the Great, P. Joe Gillespie, dijo que los vecinos tenían miedo por los incendios y robos, por lo que pidieron ayuda.