"Pienso con gratitud en su larga y fructífera labor en la Santa Sede como colaborador diligente y prudente de mis predecesores. También pienso en su espíritu de oración que le hizo, a una edad avanzada, permanecer asiduo al rezo diario del Rosario vespertino en la plaza de San Pedro, dando a los peregrinos y turistas un hermoso y público testimonio de amor a la Santa Virgen", señaló el Papa Francisco.
En esta línea, el Santo Padre rezó al Señor que reciba "a este fiel siervo suyo en la Jerusalén celestial, y de corazón imparto mi Bendición a todos los que lloran su fallecimiento, con un pensamiento agradecido para las hermanas de la misericordia de San Vicente de Paúl que lo cuidaron con todo esmero".
El pasado 30 de abril el Papa Francisco saludó al Purpurado eslovaco en el Aula Pablo VI y señaló durante el encuentro con los participantes de la peregrinación eslovaca que "saludo cordialmente al Cardenal Jozef Tomko, cuya presencia nos hace sentir que la Iglesia es una familia que sabe honrar la vejez como un don" y el Papa bromeó "tengo una duda, ¡parece más joven que yo!".