24 de marzo de 2014 / 10:53 AM
Gratitud por el gran trabajo de evangelización que se lleva a cabo en Guinea, a pesar de la escasez de medios materiales e invitaciones a la unidad, la reconciliación y el diálogo con los miembros de otras religiones, son los puntos claves del discurso que ha entregado el Papa a los obispos de la Conferencia Episcopal de Guinea a quienes ha recibido esta mañana en audiencia al final de su visita ad limina.
"Los discípulos de Cristo -escribe el Pontífice- forman un cuerpo vivo que manifiesta la alegría del evangelio por el entusiasmo de la fe, aunque las condiciones en que se anuncia la Buena Nueva sean, a menudo, difíciles. Desde un punto de vista puramente humano los medios de evangelización pueden parecer irrisorios. Lejos de desalentaros no debéis olvidar jamás que se trata de la obra de Jesús mismo, más allá de todo lo que podamos descubrir y comprender".
"Sin embargo, para que el Evangelio toque y convierta los corazones profundamente, debemos recordar que sólo si estamos unidos en el amor podemos dar testimonio de la verdad del Evangelio... Las discordias entre los cristianos son el mayor obstáculo para la evangelización. Favorecen el desarrollo de grupos que se aprovechan de la pobreza y la credulidad de la gente para proponer soluciones fáciles, pero ilusorias a sus problemas. En un mundo herido por tantos conflictos étnicos, políticos y religiosos, las comunidades deben ser "auténticamente fraternas y reconciliadas porque eso es siempre una luz que atrae". Dios nos da la gracia, si sabemos acogerla, para hacer que la unidad sea superior al conflicto".