Después de su visita a la barriada, el Papa Francisco encontró a Iasilli junto a otras 30 personas en la parroquia, y después celebró la Misa para los fieles.
"El Papa nos dio las gracias por la generosidad y la paciencia. Y les dijo: 'Pido para ti el coraje del Espíritu Santo porque sus vidas son como cenizas. Cuando se apaga el fuego, las cenizas permanecen. Pero si sopla el viento, el fuego se aviva, y ese viento es el Espíritu Santo'".
"Fue un encuentro muy emotivo y profundo. En todo el mundo había una sensación de misterio. La cultura de usar y tirar dice que estas personas no tienen nada que ofrecer y sin embargo, ellos mostraron gran humanidad. La sociedad tiene que empezar de nuevo, la ciudad tiene que comenzar desde las periferias. Sólo de esta manera una ciudad es capaz de empezar de nuevo. Si excluimos a los pobres, excluimos a Dios", concluyó la voluntaria.
Desde el año 2000 la Comunidad San Egidio sirve a los habitantes de esta barriada. Les dan de cenar los martes y jueves, los sábados estas personas usan las duchas de una parroquia local, donde se les brinda ropa nueva y sábanas limpias.