En su discurso de Año Nuevo al Cuerpo Diplomático acreditado en la Santa Sede, el Papa Francisco reiteró su condena al fundamentalismo religioso que sigue ocasionando tragedias –sobre todo en Medio Oriente-, e indicó que esto "es consecuencia de la cultura del descarte aplicada a Dios" y de su uso por parte de los extremistas como "mero pretexto ideológico".
"Desgraciadamente, Oriente Medio sufre otros conflictos, que se arrastran ya durante demasiado tiempo y cuyas manifestaciones son escalofriantes también a causa de la propagación del terrorismo de carácter fundamentalista en Siria e Irak. Este fenómeno es consecuencia de la cultura del descarte aplicada a Dios. De hecho, el fundamentalismo religioso, antes incluso de descartar a seres humanos perpetrando horrendas masacres, rechaza a Dios, relegándolo a mero pretexto ideológico", expresó Francisco.
"Ante esta injusta agresión –señaló-, que afecta también a los cristianos y a otros grupos étnicos de la Región –los yazidíes, por ejemplo–, es necesaria una respuesta unánime que, en el marco del derecho internacional, impida que se propague la violencia, reestablezca la concordia y sane las profundas heridas que han provocado los incesantes conflictos".