La pequeña visita del Papa Francisco a Barbiana (Florencia) culminó en la iglesia de la localidad con el saludo a diversas personas después de rezar en privado ante la tumba de don Lorenzo Milani. Habló a los educadores, jóvenes y sacerdotes, y los invitó a amar a la Iglesia y donarse a Dios.
"Una fe total que se convierte en un donarse completamente al Señor y que en el misterio sacerdotal encuentra la forma plena y realizada para el joven convertido".
El Papa advirtió a los sacerdotes presentes de que "sin sed del Absoluto se puede ser buenos funcionarios de lo sagrado, pero no se puede ser sacerdotes capaces de ser servidores de Cristo en los hermanos".