En respuesta a los tiroteos en dos ciudades de Estados Unidos el fin de semana, la Conferencia de Obispos Católicos del país (USCCB) ofreció sus oraciones por las víctimas y familias e hizo un llamado para "abordar el mal persistente del racismo".
En un comunicado publicado el 16 de mayo, la USCCB lamentó los tiroteos que ocurrieron en Buffalo (Nueva York) y Laguna Woods (California), que dejaron un total de 11 muertos.
En Buffalo, un adolescente blanco de 18 años disparó al interior de una tienda de comestibles contra 14 personas, 11 de las cuales eran negras.