El 7 de julio, obispos de Estados Unidos se unieron a mil líderes de otras religiones representativas en el país para firmar una declaración en oposición a las ejecuciones federales que el gobierno ha dispuesto reanudar este mes.
En la declaración, los obispos y líderes religiosos firmaron para pedir un alto a las ejecuciones de cuatro condenados a muerte que serían ejecutados en julio.
"Como líderes religiosos de una amplia gama de tradiciones, pedimos al presidente Trump y al fiscal general [William] Barr que detengan las ejecuciones federales programadas", señalaron en el comunicado.