"Es una obligación de cada obispo tener un exorcista en su diócesis, y así se nos ha pedido en la Conferencia Episcopal de Costa Rica", resaltó.
Mons. Salazar indicó que cuando se habla de posesiones demoníacas es importante primero hacer un descarte de "cualquier patología, cualquier enfermedad, muchas personas dicen tener el demonio y son problemas psiquiátricos, psicológicos".
"Primero hay que descartar para quedarnos con los verdaderos casos de posesión demoníaca, por eso hay que acudir a los psiquiatras, a los psicólogos, a los médicos, es un discernimiento muy importante, muy delicado", remarcó.
El Prelado indicó que luego de este descarte se puede concluir que las posesiones reales son pocas y subrayó que "el exorcista lo que hace es un servicio a los creyentes, a los fieles, a la comunicada, no es para lucirse, es un ministerio que implica dificultades, cansancio, agotamiento, mucha fe, pero se hace por amor a la persona que está poseída".