16 de mayo de 2013 / 10:27 AM
El Papa Francisco dijo esta mañana que no compartir los propios bienes con los pobres es robarles y quitarles la vida, y explicó que gran crisis financiera mundial se debe al rechazo de Dios que resulta "peligroso" para los ricos porque les recuerda constantemente su deber de solidaridad y de volver a la ética.
El Santo Padre hizo estas afirmaciones en su discurso a los nuevos embajadores ante la Santa Sede de Kirguizistán, Bolot Iskovich Otunbaev; de Antigua y Barbuda, David Shoul; de Luxemburgo, Jean-Paul Senninger y de Botswana, Lameck Nthekela.
El Papa dijo que "la humanidad vive en este momento como una curvatura de su historia, teniendo en cuenta los avances en diversas áreas. Hemos de alabar los resultados positivos que contribuyen al verdadero bien del ser humano, por ejemplo en los campos de la salud, la educación y la comunicación. Sin embargo, también hay que reconocer que la mayoría de los hombres y mujeres de nuestro tiempo siguen viviendo en una precariedad diaria, con consecuencias desastrosas".